Comercialización de Electricidad y PYMES
La situación de las PYMES, producto de las restricciones de movilidad con motivo, del COVID-19, y del “estallido social” es precaria. Muchas de ellas viven del día a día y constituyen un motor de la economía de nuestro país, generando millones de puestos de trabajo y contribuyendo al crecimiento de nuestro país.
En términos más concretos aportan aproximadamente un 17% del Producto Interno Bruto representando el 13% del total de las ventas del país. Asimismo, generan el 53% del empleo.
Existen un par de soluciones, que por cierto, podrían aliviar su delicada situación, en la medida que el regulador adopte ciertas medidas.
Una de ellas es la posibilidad de poder de contratar libremente su suministro eléctrico, el cual la ley hoy restringe para aquellos clientes denominados libres y que son aquellos cuyo empalme de conexión a la red eléctrica es a través de un transformador de a lo menos 501 kW, lo que no ocurre con las PYMES.
Si el regulador se decidiera a rebajar este limite a 30 kW, se podría beneficiar a 47 PYMES, a través de la rebaja en sus cuentas de electricidad en alrededor de un 30%.
Porque las PYMES siguen presas del monopolio de las empresas distribuidoras, las que abusan de su posición dominante, estableciendo cláusulas contractuales que no dan cuenta, como debería ser, de una negociación igualitaria entre las partes.
La libertad de emprender, está en el corazón de las PYMES, las que con esfuerzo y dedicación desarrollan sus sueños, lo que debería ir acompañado de la libertad de elegir su suministrador eléctrico, aliviando de esta forma su carga financiera.
Otros países ya lo han hecho, (España, Estados Unidos, Reino Unido, etc.) con el consiguiente beneficio económico para ellas.
La posibilidad de elegir entre diferentes suministradores, genera competencia y esto tiene un gran beneficiario, cliente final, el que de seguro podrá tener, a parte de un importante descuento en su cuenta de electricidad, y sin duda, mejor servicio.
Si queremos que las PYMES continúen siendo un sostén de nuestra economía, entreguémosle las herramientas para su mejor desarrollo. Todos nos beneficiaremos de aquello.
La libertad de emprender es un derecho básico que debe ir acompañado de las herramientas para ejercerlo, y no de trabas que lo dificulten y hagan más gravoso.
Arturo Brandt
Asesor Estrategico CINERGIA